La Panadería de Chueca

La Panadería de Chueca

martes, 25 de diciembre de 2012

Navidad, dulce Navidad (2)

Y qué hablar de los anuncios navideños que cada año nos inundan de colonias, cavas, chocolates, números de la supuesta suerte... y que han generado eslóganes publicitarios que pasaron a la historia: el famoso "Vuelve a casa por Navidad" de una marca archiconocida de turrones, el "calvo mágico" de la lotería o, como no, las muñecas de Famosa que se dirigen pasito a pasito al portal (de Belén). Historias que forman parte de nuestro background publicitario y que reconocemos sin esfuerzo al instante, "jingles" o cancioncitas de anuncios que llevamos grabadas en nuestro subconsciente.

Las muñecas de Famosa dirigiéndose al portal, en el anuncio de 1970


Y esos años de infancia donde había un solo canal de TV (de eso hace muuuuucho tiempo) y donde esperábamos con ansia ver la retransmisión de las campanadas desde la Puerta del Sol, el discurso de Navidad del Rey y, como no, se apostaba sobre cuál sería el último y el primer anuncio del año.

El calvo de la Lotería... año tras año "regalando" ilusiones...


Era parte de un ritual repetido año tras año, hasta que llegaron otras cadenas de TV y ya el tema de las apuestas de los anuncios se fue complicando... Hasta que crecimos y dejamos de interesarnos por los juguetes, las campanadas y los anuncios que marcaban el paso de los años.

Así, también paso a paso, hemos llegado hasta hoy, donde cada vez se adelantan más la puesta de largo de las luces navideñas (poco a poco esas luces iluminarán todo el año nuestras calles en plan lujuria consumista), nos inundan con publicidades 24 horas al día y nos machacan con cancioncillas cada vez más incomprensibles. Es decir, nos vamos atontando poco a poco y ya no sabemos en qué fecha del año estamos con el mareo de anuncios, luces, regalos, reclamos publicitarios... el caso es consumir y cuanto más, mejor.

Tengo que confesar, a estas alturas, que a mi no me gusta mucho la Navidad tal y como está concebida, y como creo que, al  menos de momento, no hay marcha atrás, he decidido evadirme en mi burbuja del mundo surrealista que me rodea. Solo sacaré la nariz cuando apaguen esas luces y mi mundo vuelva a ser surrealista, pero mío... Lo siento, será que estoy leyendo a Palahniuk!